lunes, 17 de mayo de 2010

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Diario, Directo y Diferente

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Y seguimos con nuevos estrenos de televisión, programas que nacen con ambición y sed de audiencia, pero que olvidan una vez más cual es el gusto, las preferencias o las necesidades de la audiencia, a la que se sigue considerando una masa imbécil. No digo yo que la boda de Lolita no interese, Dios me libre, además de todas las bodas de famosas seguro que es la única con verdadero interés social, ya que en el pasado fue casi un tema de orden público. Pero ¿Qué hay de todo lo demás? La educación y la cultura, los temas de interés necesario como los legales y la sanidad, o por decir algo de máxima actualidad la fiscalidad y el impuesto sobre la renta, que estamos en mes de declaraciones...
Pero no, de eso nada de nada. Si acaso nos van a contar alguna milonga sobre la masa de petróleo que tienen de postre al otro lado del océano, a la que intentan poner un "taponcito" y ya veremos si el oro negro nos va a llegar hasta las cejas. Y qué decir tiene la nube de cenizas que va y viene...
Pero volvamos a los estrenos televisivos, corazones, donde ya ni la corrupción se respeta, con lo que divierte a los políticos... pero en tiempos de miserias, más riqueza y derroche.
El caso es que me da en la nariz que tanto lujo de señoras ricas y residentes en Los Angeles añadido al glamour de los nuevos decorados de televisión y sus presentadores, viene a tapar cosas mucho mas gordas que la nube de cenizas, la marea negra y la super crisis que nos estamos metiendo entre pecho y espalda. Me refiero a la extraña coincidencia de que acto seguido de la prueba del gran acelerador de Hadrones el día 30 de marzo de este año, esa en la que buscaban la partícula de Dios, (que parecen no haber encontrado), se hayan destapado tantos casos de pederastas eclesiásticos, y nada de escarbando en las entrañas de la tierra, como el acelerador, sino a flor de piel, sin rascar apenas. Ni el terremoto de Haití ni el de Chile han conseguido poner tantos pelos de punta a tantas madres en todo el mundo desarrollado. Pero luego de todo eso tampoco se habla, porque no es de interés para la audiencia, según la tele.
De cualquier manera hay cosas que son inamovibles por su condición innata y es que la televisión nació para ser el medio oficial del embuste generalizado, la abanderada del ocultismo, la tapadera por definición, el circo de los romanos con su fútbol y sus "realitis", osea, una pena.
Menos mal que nos queda internet.

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