lunes, 26 de octubre de 2009

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Santiago Niño Becerra “ te lo avisé”

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Hacer más con menos.

Escuchar a este hombre es sentir la voz de nuestras conciencias “No podemos seguir desperdiciando”, es el concepto clave, nos dice Santiago Niño Becerra, que ha publicado el libro “EL CRASH DEL 2010: Toda la verdad sobre la crisis”. Y es que con eso de que los bancos han confesado que tienen mierda en sus arcas, aunque no nos quieren decir cuanta (como que no lo saben ellos perfectamente) nos estamos auto engañando, y nadie quiere oír que va a tener que arrimar el hombro si no quiere dejar de ser clase media. Los recursos no son ilimitados ni baratos, como nos han hecho pensar, y lo que es mas duro, no es cierto que estén al alcance de todos.



VER ENTREVISTA NIÑO BECERRA

http://www.youtube.com/watch?v=ZL5wF6KAlZ0


Hace ocho años todo el mundo se compró una vivienda, claro que sí, pero no por avaricia, sino porque de repente y gracias a los bancos, era mucho mas barato que pagar un alquiler. Todo hijo de vecino descubrió una palabreja llamada euribor, antes mibor, que nos iba a solucionar la vida. Los créditos nos permitieron de golpe comprar coche y casa, y amueblarla, mientras Yola Berrocal y el Padre Apeles nos deleitaban con lo que comenzó a llamarse telebasura. El gran escándalo del “gran hermano” y todas sus copias abrieron la ventana al aquí vale todo y además se puede ganar mucho dinero contratando un ejército de eteteses, bueno, bonito y barato. Estaba claro que nada de eso podía ser real.

Pero en el campo de la empresa de televisión, donde se aplican exactamente las mismas mecánicas empresariales que en el resto, como si la tele fuese una fábrica - por ejemplo de churros, por dar cierta similitud - se ha aplicado también el teorema de que reducir personal, hacer más con menos, como dice Fidel Castro en Cuba, es la solución; pero se les olvida lo primordial: la calidad del producto.


Dice Niño Becerra que hemos vivido unos años maravillosos de consumo feroz que no volverán, y que nos vamos a quedar en casa viendo mucha televisión ya que no habrá dinerito en el bolsillo para salir de casa.

Es nuestro momento señores, hagan sus apuestas con cabeza y no desperdicien más el talento, el ingenio, la creatividad, que a su justo precio pueden aumentar la productividad y hacer que el engranaje vuelva a funcionar. Es el momento de preparar un buen futuro, cambiar las bases en las que se apoya el negocio y volver a dar espectáculo, brillante, luminoso, deseable, entretenido, real e irreal, trascendente, profundo, humano, cercano y lejano, pensando en el espectador, no en el mercado, eso llega por añadidura.


En este país se ha iniciado un proceso sin vuelta atrás, en el que el tráfico de influencias acabará auto-destruyendose, donde el que desprecia las fuentes de conocimiento y de nuevas tecnologías estará perdido, y la explotación reiterada de los mismos recursos agotará las existencias, si no lo ha hecho ya. Pero hay muchas salidas para la televisión, claro que todas pasan por admitir que es necesario un replanteamiento. Hagamos de internet nuestro aliado, no al contrario; que trabaje para nosotros y sea nuestro transporte, lo mismo que ha pasado con todas las demás artes, empresas y ciencias. Recordemos que hace una década la pornografía era el cliente mayoritario de internet, y que la red, siendo medio de comunicación en sí mismo, se doblegó a los imperativos de los otros sistemas de comunicaciones para poder llegar a ser lo que es hoy día, donde corre el video y el audio con soltura y velocidad.


Me apuesto un pincho de tortilla a que internet no está por la labor de ser un centro emisor de ocio, solo aspira a ser puro intermediario, que se llevará su parte claro, pero la publicidad puede seguir residiendo en la televisión, si ésta hace por merecérselo.


Es cierto que hoy día un ordenador en un control de televisión puede hacer la labor que hace solo seis años la ejecutaban cuatro personas, y además emplea minutos en lo que antes llevaba un par de horas. Muy bien, de acuerdo, pon solo un operador en lugar de cuatro, pero con eso no basta. Haz algo que interese al mercado.

Porque la publicidad también necesita sobrevivir. (Por cierto ha habido anuncios en la historia de la televisión maravillosos, un abrazo a todos esos realizadores que tanto regusto nos han dado a los demás.)

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